El otro.
Al otro siempre le pasan cosas. Yo lo acompaño, tomando apuntes. Siempre me justifico diciéndome que es material narrativo para la novela que nunca terminaré. Por las mañanas, el otro tarda en arrancar. Carga la cafetera, pone la playlist Cuorentena que creó durante el confinamiento. Coloca el móvil en la repisa. Y empieza a escuchar alguna canción como, por ejemplo, Moments like these o Range life. Siempre se olvida de cargar el pequeño altavoz que funciona con Bluetooth. El sonido metálico, sin matices, surge de ese pequeño ordenador que es el móvil de marca Huawei. Mientras espera a que salga el café, el otro va revisando su correo, sus redes sociales. De manera automática, vuelve a dejar el móvil en la repisa. Se acerca al baño. Hace sus cosas. Yo podría tomar nota también de esto. Pero me reprimo. El otro sale como mejorado del cuarto de baño. Sospecho que ya empieza a sentirse con la energía suficiente para empezar el día. El sonido de la cafetera revela que el café ya está más